Sin comunicación no hay felicidad
Es muy importante comunicarse más y mejor. En realidad siempre que queremos comunicar nuestros sinceros y profundos sentimientos, corremos el riesgo de herir a alguien.
Desde niños nos enseñan a mentir, a decir por ejemplo que la tía María es buena y linda, cuando en realidad lo que queremos decir es que no nos gusta y que habla como un loro. Cuando llegamos a adultos si nos preguntan cómo estamos contestamos sin variación muy bien gracias-y-tú? . .. ¡Pero ese día fue el más agotador¡ que se recuerda, los niños con gripe, una discusión en la oficina y un familiar en el hospital, pero ¿Como somos realmente?
Para descubrirlo necesitamos tiempo para nosotros. Criticamos objetivamente, estudiar nuestra conducta y tratar de evaluarla con justicia. Para encontramos necesitamos privacidad. Llegará el momento en que podamos decir: "yo soy así, cuánto lamento sinceramente que no te guste".
En el matrimonio razonable es relevante comunicarse abiertamente mostrando nuestro yo como en realidad es, o sea, con todo lo auténtico que somos capaces de tener, lamentablemente la tarea no es fácil, porque como dicen los psicólogos levantamos mecanismos de defensa, toda una muralla de falsedades no sólo para los demás sino para nosotros mismos.
Existen muchas formas de comunicación y la más importante tal vez sea la sexual. Comunicarse con un marido o esposa por medio de señas, no es lo indicado en ningún manual para la buena pareja, pero sin embargo existe el lenguaje no hablado, el no verbal, depende de los cónyuges entenderse mutuamente sin necesidad del verbo.
El lenguaje no hablado es natural y espontáneo, nos comunicamos haciendo un gesto con las manos, en la forma de paramos y de cruzar los brazos; muchas veces sucede que cuando recibimos esos mensajes los ignoramos
Siempre se cuenta, entre los ocho millones de historias que hay en las ciudades grandes, que estando un hombre y una mujer esperando el Metro se cruzaron significativas miradas, pero a pesar de haber deseado comunicarse verbalmente no pudieron porque estaban en diferentes andenes y llevaban diferentes caminos.
En una mirada hay tanta comunicación no verbal como cuando queremos expresarla con palabras. Entender la comunicación no verbal nos da el sentido de la oportunidad para entablar otros tipos de comunicación, no es oportuno preguntar por una cajetilla de cigarros a una esposa que tiene lágrimas en los ojos porque le duele una muela, tampoco es oportuno interrumpir a un marido leyendo el periódico.
A pesar de los buenos propósitos que se desean al contraer matrimonio, con el tiempo, cada uno de los cónyuges no puede dejar de caer en la trivialidad de la vida cotidiana.
Es casi imposible dejar de hablar del precio de la carne y de los tomates, de los malos humores de la suegra, de que en la oficina fulanito (por lo general se trata del jefe) es un imbécil y no llegar nunca a un tema profundamente interesante, llega el momento en que ninguno de los dos se anima a tocar la vida espiritual e intelectual del compañero. Pasando el tiempo pueden llegar a decirse, por ejemplo: "tu conversación es frívola y tonta".
Y muchas veces sucede que tanto el hombre por un lado y la mujer por el otro se ven atraídos por personas que tienen algo que decir. A su vez ellos son para esas otras personas, gente interesante. Sucede a veces que la vida matrimonial está llena de pequeñas banalidades a las cuales tanto el hombre como la mujer le dan demasiada importancia, dejando de ver la belleza o las cualidades del compañero.
Para llegar a esta situación se ha negado, por lo menos, la comunicación verbal y no verbal.
La comunicación no verbal es tan espontánea que pasado un tiempo estamos acostumbrados a ella y terminamos por ignorar todos los mensajes, estar atento a la comunicación no verbal nos ayuda a salir de confusas circunstancias, por ejemplo, cuando los mensajes son contradictorios, en caso de que Felipe esté viendo televisión y Susanita comience a contarle lo que le sucedió a su prima con el novio, Felipe puede decir: "Ajá, te estoy escuchando." ¿Y? ... Susanita bien puede darse cuenta de que Felipe no está escuchando sino a la televisión, además Felipe está enviando una señal contradictoria y confusa, con su boca dice que está escuchando, pero sus ojos miran televisión y sus oídos continúan escuchando una apasionante serie de televisión.
Ninguno de los dos ha fallado en nada, excepto en la comunicación, mientras Felipe le podía haber dicho: "Susanita, ¿Por qué no conversar cuando termine la serie?" (Comunicación verbal) Y Susanita antes de empezar a hablar se tendría que haber dado cuenta de que no era el momento oportuno de charlar si Felipe estaba fijo frente al televisor (comunicación no verbal).