Superar dificultades de pareja

Aquí se trata la manera en que una pareja puede trabajar en conjunto para eliminar las fallas de comunicación y hacer que la relación sea más satisfactoria y agradable.

Para evaluar su relación, le será útil tener presentes las metas que desea alcanzar en el matrimonio y la mejor manera de lograrlo.

A modo de guía, he confeccionado una lista de lo que considero como objetivos de un matrimonio ideal:

Primero: luche por lograr sólidos cimientos de confianza, lealtad, respeto y seguridad. Su cónyuge es su pariente más próximo y tiene derecho a contar con usted como aliado, sostén y paladín declarado.

Segundo: cultive el aspecto afectuoso, tierno de la relación: sensibilidad, consideración, comprensión y demostraciones de cariño y solicitud. Considérense mutuamente confidentes, compañeros y amigos.

Tercero: afiance el compañerismo. Desarrolle el sentido de colaboración, consideración y compromiso. Agudice sus aptitudes para la comunicación a fin de tomar con mayor facilidad decisiones en asuntos prácticos, como la división del trabajo, la preparación y realización del presupuesto familiar y la planificación de las actividades en los momentos de ocio.

Es esencial para los cónyuges fijar el régimen referente al cuidado, la educación y la vida social de los hijos, y alentar el espíritu de colaboración

El matrimonio es, al mismo tiempo, una empresa, una institución educacional y de crianza de niños, y una unidad social. Es importante que esas funciones "institucionales" del matrimonio se cumplan con reciprocidad, justicia y sensatez.

• Las parejas pueden superar sus dificultades si reconocen, en primer lugar, que una gran parte de sus decepciones, frustraciones y enojos no arranca de una incompatibilidad básica, sino de malentendidos desdichados que provienen de comunicaciones equivocadas e interpretaciones prejuiciosas del comportamiento mutuo

.• El malentendido es a menudo un proceso activo que se origina cuando un cónyuge desarrolla una imagen distorsionada del otro. Esa distorsión hace, a su vez, que el cónyuge malinterprete lo que el otro hace o dice y le atribuya motivos indeseables. Los esposos simplemente no tienen el hábito de "controlar" sus interpretaciones o buscar la claridad en las comunicaciones.

• Cada cónyuge debe asumir la plena responsabilidad de mejorar la relación. Debe comprender que tiene opciones y que puede (y debe) recurrir a todos los conocimientos e intuiciones a su alcance para hacer que él y su pareja sean más felices.

• Los cónyuges pueden ayudarse a sí mismos, ayudar a cada uno de ellos y a la relación, si adoptan una actitud de "sin culpa ni reproche". Ese modo de abordar las cosas permitirá enfocar los problemas reales y resolverlos con más facilidad.

• Los actos de su pareja, que usted atribuye a algún rasgo malévolo como, por ejemplo, el egoísmo, el odio o la necesidad de controlarlo, se explican a menudo con más exactitud en función de motivos bien intencionados (aunque equivocados) como son la autoprotección o los intentos de prevenir el abandono.

Quizá no consideren su matrimonio perturbado, pero sospechen que de algún modo podría ser más gratificante. Tal vez una pareja quiera recuperar el antiguo placer de sintonizar los pensamientos del otro, de hacer sugerencias espontáneas, de tomar decisiones sin reñir. Si comprenden mejor las causas de los enfrentamientos entre usted y su cónyuge, podrán enriquecer su relación.